La
etapa infantil presenta características propias y están vinculadas al
desarrollo ulterior de los niños (as). Ella constituye las bases para el
desarrollo físico y espiritual; además asimilan conocimientos, habilidades, se
forman capacidades, cualidades volitivo- morales, que en el pasado se
consideraban asequibles solo a los niños de edades mayores. El presente
artículo aborda la motricidad fina en la etapa preescolar, en la misma se
enriquece el accionar de movimientos que los pequeños ejecutan en su desarrollo
por los diferentes años de vida. Sin pretender dar fórmulas mediante este
trabajo se expone un conjunto de ejercicios para el desarrollo de la motricidad
fina en nuestros niños y niñas para la cara, las manos y los pies que son
producto de la experiencia adquirida a partir del trabajo con estas edades.
Mediante estos ejercicios llamamos la atención al personal docente que trabaja
con esta edad infantil para que lo utilicen en vías de mejorar las actividades
o tareas a desarrollar con los niños (as).
El subsistema de Enseñanza Preescolar en Cuba comienza en las instituciones infantiles y en la Vía no Formal. Para nuestro país tiene gran significado la realización de ejercicios desde edades tempranas y lo observamos en los programas institucionales y Educa a tu hijo. Estos programas responden a todo un proceso educativo porque es una compleja tarea que ocupa un lugar muy importante en estas edades tempranas, ya que van
sentando las bases para lograr, el fin de la educación y se crean las premisas para el desarrollo psíquico como físico preparando al niño (a) para el ingreso a la escuela.
La introducción en nuestras instituciones del Programa de Educación Física, permite el desarrollo de cualidades y valores morales como las emociones, sentimientos, relaciones interpersonales y norma de comportamiento; también permite el conocimiento del mundo de los objetos, las relaciones espaciales, la expresión corporal, oral y el juego, además su práctica sistemática de los ejercicios físicos efectuados correctamente contribuye favorablemente a la creación de hábitos y habilidades motrices, al fortalecimiento de la salud, a elevar la capacidad de rendimiento y al mismo tiempo al
desarrollo multilateral, armónico de la personalidad de nuestros niños (as); le proporciona al pequeño alegría, satisfacción al relacionarse con otros niños (as) y adultos, a regular la conducta a sentirse útil, cooperar con los demás planificando y organizando juegos. Por eso expresamos que el mismo se caracteriza por la realización sistemática de acciones motrices variadas, enriquecidas por la propia iniciativa, un mayor nivel de independencia y
la participación activa del niño en la organización de la actividad, en armonía con la acción colectiva, mediante los ejercicios físicos.
Nuestra investigación aborda la problemática como desarrollar la motricidad fina en los niños (as) de sexto año de vida.
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El subsistema de Enseñanza Preescolar en Cuba comienza en las instituciones infantiles y en la Vía no Formal. Para nuestro país tiene gran significado la realización de ejercicios desde edades tempranas y lo observamos en los programas institucionales y Educa a tu hijo. Estos programas responden a todo un proceso educativo porque es una compleja tarea que ocupa un lugar muy importante en estas edades tempranas, ya que van
sentando las bases para lograr, el fin de la educación y se crean las premisas para el desarrollo psíquico como físico preparando al niño (a) para el ingreso a la escuela.
La introducción en nuestras instituciones del Programa de Educación Física, permite el desarrollo de cualidades y valores morales como las emociones, sentimientos, relaciones interpersonales y norma de comportamiento; también permite el conocimiento del mundo de los objetos, las relaciones espaciales, la expresión corporal, oral y el juego, además su práctica sistemática de los ejercicios físicos efectuados correctamente contribuye favorablemente a la creación de hábitos y habilidades motrices, al fortalecimiento de la salud, a elevar la capacidad de rendimiento y al mismo tiempo al
desarrollo multilateral, armónico de la personalidad de nuestros niños (as); le proporciona al pequeño alegría, satisfacción al relacionarse con otros niños (as) y adultos, a regular la conducta a sentirse útil, cooperar con los demás planificando y organizando juegos. Por eso expresamos que el mismo se caracteriza por la realización sistemática de acciones motrices variadas, enriquecidas por la propia iniciativa, un mayor nivel de independencia y
la participación activa del niño en la organización de la actividad, en armonía con la acción colectiva, mediante los ejercicios físicos.
Nuestra investigación aborda la problemática como desarrollar la motricidad fina en los niños (as) de sexto año de vida.
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